lunes, 26 de agosto de 2024

¿QUÉ ES LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA?


La globalización y el libre comercio, la hiperconectividad en todas partes del mundo, los activos financieros, criptomonedas y brokers cada vez más al alcance de las personas, el poder siempre avasallante de corporaciones industriales y sobre todo financieras a nivel internacional tira por tierra en primera instancia el concepto de Independencia Económica, pilar básico de la doctrina nacionalista. El Nuevo Orden Mundial ejerce el dominio de las naciones a través de la imposición de la deuda como así también a través de la imposición de corporaciones multinacionales que usufructúan riquezas y recursos naturales para un beneficio propio.


Todo préstamo es una práctica a-moral porque genera dinero de la nada, sin ningún tipo de esfuerzo productivo. La usura es la que posibilita la vida de zángano de la minoría poderosa de grandes banqueros internacionales. Un sistema que persigue como único y gran objetivo el ansia insaciable de lucro, la dominación de las naciones con deudas cada vez más abultadas por la lógica del crecimiento exponencial del interés. En la “cultura del endeudamiento permanente” dichas deudas se refinancian al no poseerse una capacidad de pago real, y por consiguiente crecen a un ritmo cada vez más desorbitado.


¿Es posible entonces el Nacionalismo bajo ese contexto? Sí, teniendo en cuenta el dinamismo siempre volátil y cambiante de la política. Toda resignificación que se haga de Independencia Económica siempre debe estar ligada al rol que efectivamente cumpla el Estado. Dicha independencia no debe quedar reducida a un sólo país sino a un esquema de integración regional que le de mayor peso político. ¿Qué capacidad de innovación científica y tecnológica puede ofrecer un país para lograr la Independencia Económica? ¿Qué postura se toma ante los recursos naturales sustentables no sólo para una Comunidad Nacional sino valorables para toda la Humanidad? ¿Cómo se podría ser estratégico en la elaboración de políticas a largo plazo sin ceder soberanía?


¿Podemos entonces hablar de Independencia Económica con gobiernos que han apostado en demasía por la inversión extranjera en sectores estratégicos, muchos de ellos con fuerte presencia estatal en su momento? ¿Podemos jactarnos de ser independientes al endeudar constantemente al Estado para solventar déficits fiscales abultados y generar una transferencia permanente de divisas al sector financiero internacional, al atrasar permanentemente el tipo de cambio para favorecer a sectores importadores? ¿Debemos seguir pagando una deuda externa que no tiene el más mínimo cuestionamiento desde lo jurídico legal y conforme al histórico fallo del juegos Ballestero del año 2000? De hecho las multinacionales que invierten poco en el país giran demasiadas utilidades y de diferentes formas.


Para la cosmovisión nacionalista el Capital -estatal, privado o mixto- debe servir a la economía y la economía debe servir al Pueblo, estableciendo el Estado reglas de juego claras y conforme a exigencias éticas y de Bien Común Social. El Estado no debe por sí mismo actuar en la economía, debe ser el regulador de la misma en el más elevado de los sentidos en el marco de un Nuevo Orden social-patriótico. La condición determinante sería que tanto el Capital como el Trabajo -con las características de la actualidad, en estrecho y mancomunado abrazo- sean el motor de la grandeza de la Patria. La Independencia Económica es el acto soberano que desliga al país de todo sistema económico globalista expoliador de riquezas y economías nacionales, y en ese ejercicio soberano se sientan y se consolidan las bases para una economía sana, orgánica y natural al servicio de los intereses de la Comunidad Nacional. Esto no implica de ninguna manera desconectarse de la globalización económica.


Para lograr la Independencia Económica y establecer así una economía natural conforme a un desarrollo sano y orgánico se deben poner en práctica ideas-fuerzas vitales:


1°) Ejercer Soberanía propia sobre la Moneda Nacional.

2°) Reemplazar el patrón Peso-Dólar por un patrón Peso-Trabajo.

3°) Emitir dinero en función de los bienes reales existentes.

4°) Criminalizar la práctica de la usura y toda clase de especulación o agiotismo económico.

5°) Nacionalizar los resortes fundamentales de la economía.

6°) Promover una fuerte Industria Nacional, sector liviano, pesado y tecnológico-científico.

7°) Eliminar el sistema impositivo regresivo para establecer uno de carácter progresivo.

8°) Suplantar el sistema de Sociedades Anónimas por el de Responsabilidad ante el Estado, con garantías de inversión hacia el capital privado.

9°) Desarrollar el comercio exterior en base a la producción nacional.

10°) Propiciar una Reforma Agraria para beneficio exclusivo de los argentinos.

11°) Desligar a la Argentina de todo organismo financiero internacional.

12°) Realizar una investigación parlamentaria sobre la ilegalidad de la Deuda Externa.


El accionar del Nuevo Orden Mundial y sus tecnócratas cipayos de turno son los que nos impiden los beneficios del trabajo y la explotación de nuestras riquezas, condenándonos a que tengamos una vida de esclavos. Por eso, para alcanzar la tan anhelada felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria es fundamental lograr la liberación absoluta de toda forma de colonialismo económico, poner en práctica y sin ningún tipo de concesiones la Independencia Económica, que siempre debe abarcar esquemas políticos de integración o unión regional para hacer frente a actores de mayor poder político y peso económico.


Es precisamente el capital humano, el Pueblo, el mayor activo para lograr y mantener grados de libertad e independencia de intereses extranjeros; el capital humano formado no solamente en aptitudes técnicas o científicas, que son fundamentales para el desarrollo económico, sino también en valores humanos y culturales, en la conservación de las tradiciones; un Pueblo  que privilegie el desarrollo humano de los sectores más vulnerables.


Para que haya una total Independencia Económica debe haber una constante capitalización, con aumentos significativos de la producción, las exportaciones y la productividad, con cuentas públicas equilibradas para dejar de depender de préstamos externos, que haya un manejo, a través de empresas estatales, de los recursos naturales y estratégicos de la Nación. Solo a través de una mayor Independencia Económica se podrá multiplicar la riqueza, lo que derivará, en consecuencia, en poder distribuirla de mayor y mejor manera, generando mayores grados de bienestar para el Pueblo, eliminándose la pobreza estructural que tanto nos duele y así poder brindar al Estado y a la Nación mayor poder político y económico en el concierto de las naciones, en esta nueva etapa de cambios que es la multipolaridad mundial.




Darío Coria, profesor de Historia y Ciencias Sociales.

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